La vida de Brooke Greenberg fue a la vez extraña, sorprendente. Nunca envejeció, lo que podría ser el sueño de muchos, pero tampoco se desarrolló más allá de las condiciones físicas y mentales de una persona de dos años de edad, lo que trastocó de modo sustantivo su vida. Hace unos días falleció, a los 20 años de edad, según reveló la televisora ABC.
Brooke padecía un raro mal conocido como Síndrome X, que sólo afecta a unas pocas personas en el mundo. Se trata de una condición misteriosa y todavía escasamente entendida. Su ADN no presentaba, según investigaciones, las anormalidades genéticas que se presentan en otros padecimientos relacionados con trastornos del desarrollo o del envejecimiento. Según estudios posteriores, aparentemente algunos de los órganos de Brooke se desarrollaron de modo desincronizado, pero en general su condición nunca fue más allá de la de un infante y sus capacidades intelectuales eran la de una niña de 2 años.
Según ABC, durante sus primeros seis años Brooke sufrió enfermedades y cirugías, de las que pudo recuperarse pese a su gravedad (úlceras estomacales y ataques cerebrales). Incluso se pensó que padecía un tumor cerebral y en una ocasión durmió durante dos semanas seguidas.
Pero, pese a que sus padres esperaban lo peor, Brooke logró recuperarse de esos padecimientos y el temor del tumor no se habría cristalizado. Su vida continuó, sin desarrollarse, pero no sin alegrías.
Brooke habría sido, con todo, durante sus 20 años de edad perfectamente capaz de querer y sonreír, reconocía y convivía con sus hermanas, como cualquier niña de 2 años.
El caso de Brooke y del puñado de personas que sufren un padecimiento similar es interesante para los científicos pues, de comprenderse, podría revelar los secretos del proceso de envejecimiento y, quizá, de cómo frenarlo o suspenderlo. La ‘eterna infancia’ de Brooke podría dar claves sobre la posibilidad, hasta ahora sólo de ficción y leyenda y posiblemente inalcanzable, de la ‘eterna juventud’.
Una mujer en Montana, un hombre en Australia y una mujer en Brasil padecerían un trastorno similar al de Brooke Greenberg.
En el libro de condolencias por su fallecimiento, numerosas personas dejaron mensajes en recuerdo y homenaje de Brooke. Un grupo de bomberos voluntarios dijo de ella que fue “una jovencita especial, parte de una familia especial, cuya única jornada por la vida nos inspiró y enseño lecciones de compasión y entendimiento”.
En 2009, la televisora ABC realizó un reportaje de Brooke. Tendría entonces alrededor de 15 años, aunque parecía una niñita. Una imagen muy similar a la que le acompañó hasta los 20 años.
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