miércoles, 19 de septiembre de 2012

LA TUBERCULOSIS EN NUESTRO TIEMPO

La tuberculosis (TBC) representa un problema de salud pública no resuelto en el mundo ni en nuestro país. Un tercio de la población mundial está infectada con el bacilo de Koch y de cada 10 personas en esa condición una manifestará TBC activa en algún momento de su vida.

 
El 95% de los casos ocurre en Asia, África y América Latina y un escaso 5% en los países desarrollados, aunque estos de igual forma poseen bolsones de pobreza y su usual acompañante es la TBC. También es dable conocer que el 98% de los fallecimientos ocurre en estos continentes carecientes. En 1993 fue declarada por la OMS en estado de emergencia y actualmente la multirresistencia a los medicamentos antituberculosos es uno de los llamados de atención en todo el mundo, incluidos los países desarrollados.

En los últimos años la incidencia de esta patología ha rondado los 8 a 10 millones de casos anuales a nivel mundial. Como sabemos por las condiciones socioeconómicas, en muchos casos y por ocultamiento en otras se tiende a minimizar el impacto real de la enfermedad creyendo mucha gente que es un flagelo del pasado.

De todas maneras su implosión puede darse en cualquier estrato social (actualmente en Londres y el Estado de Florida en Estados Unidos que trató de ocultarlo, por ejemplo) pero es innegable su asociación con la pobreza.

Nuestro país no ha sido la excepción de estas realidades y actualmente la TBC también representa un preocupante problema sin remediar. En los últimos años se han producido entre 10 y 12 mil casos nuevos anuales. Muchos han sido los factores que han incidido en su persistencia, el hacinamiento, la desnutrición y los agentes ambientales. Largos periodos de falta de insumos fallas estructurales y carencia de apoyo al excelente recurso humano con el que cuenta nuestro país. Ello ha motivado en muchos casos el ocultamiento de las tasas reales de esta patología. Por mencionar algunos ejemplos actuales, existen desigualdades notorias de su prevalencia entre las distintas provincias y aún en departamentos dentro de éstas. Tasas africanizadas como en Salta y Jujuy y otras provincias, sectores de la Provincia de Buenos Aires donde se halla alrededor del 45% de todos los casos del país, por mencionar algunas disparidades. Por otra parte cabría mencionar que la prevención a través de la Promoción de la Salud y el tratamiento implican desde el punto de vista economisista un recurso financiero más acotado que ignorarla u ocultarla. La TBC existe y lo hará por mucho tiempo, de lo que se trata es de comenzar a controlarla.

La tríada pobreza, ignorancia y enfermedad es el estigma de nuestros tiempos en el orden social, y nuestro país no ha escapado a este panorama preocupante.

¿Qué es la TBC?

La TBC es una enfermedad infectocontagiosa producida por el Mycobacterium Tuberculosis o bacilo de Koch que se localiza comúnmente en el pulmón pero que puede afectar otros órganos.

¿Cómo se contagia?

Se transmite de persona a persona por inhalación de aerosoles contaminados por el bacilo que provienen de los pacientes portadores de TBC, al toser, hablar, expectorar o estornudar.

¿Cuándo se debe sospechar la TBC?

Los signos y síntomas donde se puede encontrar con más eficacia y con un procedimiento muy sencillo y económico es estudiando el catarro para buscar el bacilo de las personas con tos y catarro, flema por más de 15 días, es el llamado Sintomático Respiratorio.

Otros síntomas pueden ser: pérdida de peso, fatiga y dificultad para respirar sudoración nocturna, febrícula vespertina, cansancio. Expectoración con sangre o dolor torácico.

Un dato de importancia es buscar la enfermedad en los infectados con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Existen patologías que predisponen a padecer TBC, como la diabetes, el alcoholismo, la drogadicción y el tabaquismo, entre otras.

Otros métodos de detección son la bacteriología (buscar el bacilo en el esputo o en otros lugares, como la orina, los ganglios u otros órganos) la radiología, el laboratorio de rutina, la reacción de PPD y otras técnicas de laboratorio.

¿Cómo se cura la TBC?

Se trata con antibióticos llamados tuberculostáticos. La mayoría de los pacientes curan con estos tratamientos. Existen los de primera línea que es el tratamiento estándar y los de segunda línea cuando existe resistencia a los primeros o se producen reacciones adversas. La multirresistencia a determinados medicamentos es uno de los graves problemas que enfrenta esta patología producto de la discontinuidad en la toma de los mismos, a los malos tratamientos, a la baja calidad de los antibióticos suministrados o por la falta de suministro gratuito como lo establece la ley.

El régimen terapéutico estándar diario consta de dos fases: la primera llamada esterilizante con cuatro drogas y dura dos meses y la segunda de consolidación con dos drogas y dura cuatro meses. Este segundo período puede también ser trisemanal.

Es muy importante la modalidad del tratamiento que puede ser autoadministrado o supervisado.

La forma más eficiente de garantizar la administración adecuada del tratamiento de la TBC es la administración supervisada de los medicamentos por algún componente del equipo de salud o por alguna persona o institución responsable de la comunidad durante todo el tiempo.

Pero el sistema deberá tener otros aditamentos:

Quién será el responsable de administrar la medicación.

Qué control se ejercerá si el paciente no concurre, o no recibe las drogas.

Cómo se localizará al paciente, en caso de que el mismo no concurra y cuál serán los procedimientos con los que no han concurrido a completar el tratamiento. Sin el cumplimiento de estas premisas los abandonos seguirán con alta incidencia como ocurre actualmente. Otra acción de importancia reside en evaluar los contactos del caso índice que ha sufrido la enfermedad y si es necesario instaurar la quimioprofilaxis (administración de un medicamento para no contagiarse) durante un tiempo. Pero antes de administrar quimioprofilaxis siempre descartar TBC.

En los niños vacunar con BCG desde el momento del nacimiento hasta los 7 días posteriores. Para prevenir las formas graves de TBC.

Por último es necesario recordar que a la TBC podríamos definirla como una enfermedad bíblica, endémica, reemergente, marcadora de pobreza que habita en la era cibernética a pesar de los avances científicos y sociales y que actualmente mutando sigue llevando la delantera.



Fuente : Dr. Alberto Edgardo Echazarreta

Coordinador de la Sección de Tuberculosis de

La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria

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