martes, 18 de septiembre de 2012

Respirar X dos: ¿Cuánto puede afectar el asma al embarazo?

Durante el embarazo, los síntomas de asma pueden empeorar, mejorar o mantenerse sin cambios. Si no se controla, produce una disminución en la cantidad de oxígeno en la sangre de la madre; lo que puede causar desde deterioro del crecimiento hasta poner en riesgo la vida del bebé. Un informe del British Medical Journal da las claves sobre cómo tratarlo.


Por Mariana Nisebe
Durante el embarazo, los síntomas de asma de una mujer pueden empeorar, mejorar o mantenerse sin cambios. Es extremadamente importante, según los especialistas, que una mujer embarazada y con asma se controle, por su salud y la de su bebé. La disminución de oxígeno en la sangre de la madre durante un ataque puede causar una disminución del oxígeno en la sangre del feto lo que podría significar un deterioro del crecimiento y riesgos para su supervivencia. Según un reciente informe, publicado en el British Medical Journal, “su predominio ha aumentado en las últimas dos décadas, afectando desde un 3,4% a un 12,4% de mujeres embarazadas”.

“Una mujer de 30 años se presentó en emergencias con disnea (dificultad para respirar o la sensación de falta de aire). Presentaba un embarazo de 22 semanas que se había complicado por náuseas y dolor gástrico. Sufría asma desde la niñez y había visitado la guardia por lo menos una vez al año en los tres años anteriores, pero no fue controlada regularmente. Había utilizado un medicamento (Budesonide) inhalado en forma irregular en el pasado y frenó el tratamiento cuando quedó embarazada. La semana anterior a esta última consulta había tenido síntomas de gripe y silbido en el pecho por lo que se le había dado un broncodilatador (Salbutamol) tres o cuatro veces al día. Después de la revisión en guardia, se le administró oxígeno y se la medicó. Fue derivada con un especialista para un control regular del asma”.

Este es el escenario que describe el informe realizado por el doctor Evelyne Rey, del Departamento de Medicina, Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Montreal (Canadá) y el doctor Louis-Philippe Boulet, neumonólogo del Instituto de cardiología y neumonología del Hospital Laval (Canadá) y que intenta responder cuánto puede afectar el asma al embarazo. Esta enfermedad, destaca el trabajo, puede verse “influenciada” por embarazo, pero el resultado y el pronóstico de las madres y sus bebés es generalmente favorable, particularmente si se controla bien durante la gestación. “Los ataques se deben prevenir con un “óptimo” tratamiento, y si ocurren deben ser tratados agresivamente” afirma. Surge entonces una pregunta, ¿puede medicarse a la madre sin que esto cause daño en el bebé?.

Según la American Academy of Allergy Asthma & Immunology, “el control del asma y los objetivos del tratamiento durante el embarazo son los mismos que para otros pacientes, para evitar hospitalizaciones, visitas de emergencia, pérdidas en el trabajo y discapacidades crónicas. Aunque una mujer pueda sentirse inquieta al tomar medicaciones, los riesgos del asma no controlada parecen ser mayores que los riesgos de las medicaciones necesarias para tratarlo”. Idealmente, “las pacientes deberían practicar medidas no farmacológicas para controlar su asma, evitando los desencadenantes”, explica el doctor Roberto A. Jossen en un estudio publicado por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, como por ejemplo, los ácaros del polvo, polen, moho de interiores, e irritantes como el humo de tabaco, estufas alimentadas con madera o chimeneas, perfumes, agentes limpiadores o sprays, entre tantos otros. Para ello, explica el especialista, “es necesario indagar en cada paciente los potenciales disparadores de asma a los cuales podría estar expuesta, para que ninguno quede descuidado, y acordar la manera de evitarlos”.

Pero muchas veces esta tarea se vuelve casi un imposible por lo que en caso de necesitar tratamiento farmacológico, los corticoesteroides inhalados son la medicación más elegida para el asma persistente, aclara la American Academy of Allergy Asthma & Immunology. Y agrega: “estudios y observaciones en cientos de mujeres embarazadas y con asma han demostrado que la mayoría de las medicaciones para el asma que se inhalan son apropiadas para su uso en pacientes embarazadas. No se recomiendan los corticoesteroides orales como primera opción en el tratamiento del asma durante el embarazo. No obstante, se pueden utilizar para tratar ataques de asma severos”. Coincidiendo con el reciente informe publicado en el British Medical Journal, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, informa que “el riesgo de usar medicación para el control del asma en el embarazo parece ser mucho menor que el riesgo de resultados adversos relacionados a un asma no controlado”.

Según la Allergy & Asthma Network Mothers of Asthmatics, “cuando los síntomas del asma se ignoran o se dejan sin tratamiento, las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de sufrir preeclampsia (un grupo de síntomas incluyendo presión alta, tobillos hinchados, problemas de los riñones que podrían comprometer el crecimiento y la salud del bebé y que empeora con

convulsiones y otras consecuencias serias), vómitos excesivos, hemorragia vaginal y parto prematuro. Para el niño por nacer, el control pobre de los síntomas del asma puede causar retraso en el crecimiento, parto prematuro, bajo peso al nacer, niveles de oxígeno bajos al nacer, y hasta la pérdida de vida”. En el 30% de las mujeres cuyo asma empeora durante el embarazo, los ataques pueden producirse en cualquier momento. El período de mayor incidencia parece ubicarse en el tercer trimestre, entre las semanas 24 y 36. Por lo general, en el último mes del embarazo, las crisis de asma no son ni más frecuentes ni más severas.

“La respiración es vital para un embarazo saludable. Su bebé depende de usted para recibir aire fresco constantemente”, destaca la Allergy & Asthma Network Mothers of Asthmatics. No hay que olvidarse que hay que respirar por dos. Cuanto más grave es el asma, mayor es el riesgo; en el caso contrario: cuanto más se controla, menores son los riesgos. “Las necesidades del tratamiento con medicación deben evaluarse regularmente de acuerdo a los resultados de los controles periódicos” concluye el informe del British Medical Journal. Por eso, como recalca la American Academy of Allergy Asthma & Immunology, las mujeres deben visitar a su alergista/inmunólogo para recibir los tratamientos adecuados durante el embarazo.

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