martes, 18 de septiembre de 2012

DIABETES: CUIDAR LOS PIES TAMBIÉN ES IMPORTANTE

Los niveles elevados de glucosa en sangre producen un daño progresivo de los nervios y de los vasos sanguíneos que conlleva a serias complicaciones entre las que se encuentra el pie diabético; en donde la falta de sensibilidad y/o la mala circulación favorecen la formación de lesiones y dificultan la cicatrización.


Según la Federación Internacional de Diabetes, cada 30 segundos se realiza en algún lugar del mundo la amputación de un miembro inferior en personas con la enfermedad. La biotecnología actual permite regenerar el tejido, cerrar la herida y evitar de esta forma infecciones y un importante número de amputaciones.
Los niveles elevados de glucosa en sangre, característicos de la enfermedad, incluso cuando no hay síntomas que alerten al individuo sobre la presencia de diabetes, producen un daño progresivo de los nervios y de los vasos sanguíneos que conlleva a serias complicaciones entre las que se encuentra el denominado “pie diabético”. El daño progresivo de los nervios lleva a la falta de sensibilidad en los miembros inferiores (la neuropatía diabética), la pérdida de sensibilidad frente al dolor, al calor o al frío; y favorece la generación de lesiones sin que la persona lo advierta por lo que un simple corte o raspadura puede dar lugar a la formación de una herida. Por otro lado, puede darse una mala circulación y/o disminución del flujo sanguíneo en los miembros inferiores (enfermedad vascular periférica o pie isquémico) lo que impide la cicatrización y por consiguiente la curación de las heridas.


Ambas problemáticas –la neuropática y la isquémica– se potencian y pueden generar serias dificultades en las extremidades del diabético, hasta llegar incluso a una gangrena. Si se llega a este punto, para evitar que se extienda y corra riego la vida del paciente, en muchos casos el tratamiento habitual consiste en extirpar quirúrgicamente el dedo del pie, el pie y, en ocasiones, hasta parte de la pierna.

“El pie diabético es el responsable de más del 50 por ciento de las amputaciones no traumáticas. Toda lesión, sobre todo en el paciente con pie diabético, demora mucho tiempo en cicatrizar, por lo que es mayor la posibilidad de infección y por lo tanto mayor también la probabilidad de amputaciones” afirmó la doctora Marta Calvagno, miembro del Servicio de nutrición del Hospital Tornú. La especialista agregó además que cuando se habla de amputaciones mayores, se estima que el riesgo de mortalidad aumenta en un 50 por ciento dentro de los 3 y 4 años de producida la amputación. “La morbi-mortalidad es sumamente alta, es por eso que en la actualidad, el pie diabético en sí, se toma como un factor de riesgo cardiovascular alto. De los pacientes amputados el 85 por ciento tuvieron antecedentes de lesiones previas, por lo que el sólo hecho de tener o haber tenido una lesión implica que el paciente ya debe ser considerado de alto riesgo cardiovascular” indicó.

Se estima que un 15 y un 25 por ciento de los pacientes con diabetes desarrollarán úlceras en algún momento de su vida[1]; y de estos pacientes entre un 10 y un 30 por ciento sufrirá además una amputación. Según estadísticas de la Federación Internacional de Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés) como consecuencia de la progresión de estas heridas, cada 30 segundos se produce en algún lugar del mundo una amputación a causa de la diabetes.

No hay comentarios: