jueves, 22 de marzo de 2012

¿De dónde viene la superstición que dice que el abrir un paraguas en un interior trae mala suerte?

Desde hace varios siglos, el hecho de abrir un paraguas en un lugar interior se ha vinculado directamente con una desgracia venidera. Muchas de estas personas supersticiosas aseguran el poder maléfico de este acto, pero la gran mayoría no saben explicar el verdadero origen de esta creencia, atribuyéndolo a antiguos encantamientos y maleficios milenarios que mezclan a Dioses, creencias y muerte.

Pero esas extrañas creencias andan bien lejos de la realidad, ya que, la superstición que dice que el abrir un paraguas en un interior trae mala suerte, es muchísimo más reciente.

El paraguas (tal y como lo tenemos conceptuado en la actualidad) fue inventado en China hace aproximadamente unos 2.600 años. Pero el hecho de cubrirse con algo para evitar mojarse o resguardarse del sol se ha realizado con múltiples artefactos desde tiempos inmemoriales.

Jonás Hanway fue el primer británico en usar un paraguas en la Inglaterra del siglo XVIII. Lo había adquirido en uno de sus múltiples viajes a Oriente y le agradaba su polivalente uso para resguardarse del sol y de la lluvia. Le encontró una perfecta utilidad para su retorno a Gran Bretaña y su intempestivo clima, en el que la lluvia estaba presente gran parte del año.
El uso del paraguas se fue popularizando, llegando también hasta las clases más bajas, las cuales usaban unos modelos algo rígidos y torpes.

Muchas personas, antes de salir de su casa abrían el paraguas y así accedían a la calle sin tener que mojarse e incluso lo hacían a la inversa, accediendo a la vivienda con él aun abierto.

Esto ocasionó muchos accidentes domésticos, sacando más de un ojo y provocando múltiples lesiones, lo que llevó rápidamente a la creencia que dice que el abrir un paraguas en un interior trae mala suerte.

La popularización del paraguas por todo el continente y el boca a boca hicieron el resto del trabajo, logrando hacer creer a tantísimas personas en esta superstición.

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