martes, 30 de agosto de 2011

¿Tiene miedo a operarse? La Psicoprofilaxis Quirúrgica quizás pueda ayudarlo

Cualquier intervención quirúrgica despierta componentes emocionales muy complejos que se manifiestan en fantasías y miedos. Procesar y elaborar dicha situación junto a un especialista, reduce su efecto traumático y la angustia que produce, llevándola a niveles tolerables.
La Psicoprofilaxis Quirúrgica puede definirse como un tratamiento psicoterapéutico preventivo, breve y focalizado para aquellas personas que deben atravesar una cirugía. Cualquier intervención quirúrgica despierta componentes emocionales muy complejos que se manifiestan en emociones, fantasías, actitudes y comportamientos que perturban el mejor desarrollo del acto médico, acentuando o incrementando las decisiones del mismo, por ejemplo: dilaciones en la toma de decisión, ocultamiento de la enfermedad a los familiares, desasosiego y angustia excesiva, pánico y rechazo a la intervención, etc.


La cirugía, como así también la anestesia, despiertan temores que no solo están relacionados con la operación en sí, sino también con las características de la personalidad del paciente, de sus vínculos familiares, de experiencias anteriores de conocidos y de las creencias familiares que ronden. Todas estas cuestiones requieren procesar y elaborar dicha situación. Consultada por Clarín.com, la licenciada Susana Bálsamo, psicóloga especializada en psicotrauma, explicó que los objetivos son que " el paciente elabore y reduzca el impacto psicológico potencialmente traumático de la situación quirúrgica y los niveles de estrés (como respuesta a la indicación de la cirugía), utilice sus propios recursos para afrontar el proceso quirúrgico disminuyendo los niveles de ansiedad y miedos básicos y logre una mejor adaptación a la situación pre y post quirúrgica, facilitando su recuperación en los niveles físicos, psicológicos, sociales y familiares".

El beneficio para el paciente, destaca la especialista, "está relacionado con la disminución de los niveles de estrés y de ansiedad que le posibilita una mejoría en la recuperación tanto física como emocional tras la cirugía, disminuyendo el dolor y por consecuencia la administración de analgésicos postoperatorios. Se intenta prevenir que por el acto quirúrgico en sí mismo, puedan surgir manifestaciones psíquicas que lo desorganicen como así también que la cirugía (por ser un estresor importante) dé lugar a situaciones traumáticas". Esta técnica es aplicable tanto a niños como adultos.

En el caso de los niños, destacó la licenciada, "tanto en ellos como en sus padres genera emociones, ansiedades y fantasías que pueden incrementar las condiciones de vulnerabilidad y crear o aumentar riesgos quirúrgicos. El trabajo directo con niños se basa especialmente en el juego, el dibujo y las verbalizaciones. El juego y el dibujo permiten la expresión de conflictos y temores; a través del cual el niño o niña utiliza la situación, la transforma y le atribuye sus propios significados. En forma paralela, se mantienen algunas entrevistas con los padres donde se los orienta y se le brindan sugerencias para los diferentes momentos de este proceso (pre, intra y postquirúrgico) como así también con los hermanos. El acompañamiento de los padres es fundamental ya que su actitud emocional ante el evento repercute en el estado emocional de sus hijos".

"Cuando nos enteramos que a nuestra hija de cuatro años la iban a operar, no sólo nos focalizamos en lo estrictamente médico sino que también buscamos el camino para que ella pasara, de la mejor manera posible, por ese trance. Así nos enteramos que existía la psicoprofilaxis quirúrgica", relató a Clarín.com Lorena, mamá de Azul. A partir de ese momento, continuó Lorena, "empezamos el tratamiento con una especialista que fue preparando a nuestra hija para la cirugía y la acompañó durante todo el proceso; incluso el post operatorio. Mientras Azul jugaba, pudo expresar lo que sentía; sus miedos y ansiedades. Pronto notamos que dejó de dibujar el instrumental que la rodeaba con color negro, su favorito en ese momento; y empezó a elegir el rosa y los paisajes o personas, como toda niña de su edad".

El encuadre terapéutico de la Psicoprofilaxis Quirúrgica implica tres etapas bien diferenciadas: el prequirúrgico, la etapa intermedia o intraquirúrgico y el postquirúrgico. Durante el período prequirúrgico, explicó la licenciada Bálsamo , "se trata de acompañar, esclarecer, elaborar las fantasías (a veces terroríficas) y la información recibida por parte del médico, disminuir los niveles y manifestaciones de ansiedad, tensión, estrés. Evaluar el significado subjetivo de la enfermedad u operación y su red de apoyo familiar. Buscar la colaboración activa del paciente, teniendo en cuenta su situación laboral, familiar, social, etc. reorganizando sus mecanismos defensivos y estableciendo estrategias de afrontamiento ante la cirugía. Este espacio reflexivo le permite poder expresar miedos básicos, que encontramos en gran parte de los pacientes: al dolor, a la anestesia, a la muerte, a los cambios corporales, a la pérdida de su independencia, a la pérdida de su salud, a su proyección futura.

En el período postquirúrgico se procesa y elabora: el acto quirúrgico, cambio del esquema corporal, el cambio funcional". Cuando estos miedos frente a lo desconocido se "trabajan" a través del habla, el pensamiento o el juego en el caso de los niños de la mano de un especialista, se logra una mejor adaptación a la compleja situación que implica una intervención quirúrgica, reduciendo el efecto traumático y la angustia que produce, llevándola a niveles tolerables. " La psicoprofilaxis puede aplicarse no solo ante intervenciones quirúrgicas sino también en otro tipo de situaciones como estudios médicos complejos o tratamientos odontológicos.

Por Mariana Nisebe. Publicada en Clarín.com

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