
Las mascotas pueden contraer enfermedades como la rabia, y pueden transmitirla a los seres humanos. Se trata de una zoonosis (enfermedades que se transmiten del animal al hombre o viceversa) producida por un virus que ataca al sistema nervioso central de las personas o animales, al que llega a través de los nervios de la zona de mordedura o contacto.
En los últimos años se registraron casos en ciudades como Córdoba, Chascomús, La Plata y Bahía Blanca. Especialistas sostienen que la vacunación anual de perros y gatos (que es obligatoria) es la única herramienta efectiva para la prevención de la rabia. Sin embargo, el gran problema es la cantidad de animales callejeros. También hay que tener en cuenta que un agente portador común es el murciélago.
Si una persona ha sido mordida por un animal, se debe considerar la posibilidad de que éste tenga rabia. Hay que realizar un lavado inmediato y enérgico de las heridas con agua y jabón (nunca desinfectar con alcohol); y acudir con urgencia a algún centro de asistencia sanitaria para aplicarse la vacuna contra la rabia. Si se administra dentro de los dos primeros días después de la mordedura, generalmente se previene la enfermedad. Una vez que aparecen los síntomas, son muy pocas las personas que sobreviven.
Mientras se vacuna a la persona, hay que localizar al animal y dejarlo en observación por diez días (lo que pueden tardar en aparecer los síntomas) para su control, más allá de que el animal haya sido previamente vacunado contra la enfermedad.
En los últimos años se registraron casos en ciudades como Córdoba, Chascomús, La Plata y Bahía Blanca. Especialistas sostienen que la vacunación anual de perros y gatos (que es obligatoria) es la única herramienta efectiva para la prevención de la rabia. Sin embargo, el gran problema es la cantidad de animales callejeros. También hay que tener en cuenta que un agente portador común es el murciélago.
Si una persona ha sido mordida por un animal, se debe considerar la posibilidad de que éste tenga rabia. Hay que realizar un lavado inmediato y enérgico de las heridas con agua y jabón (nunca desinfectar con alcohol); y acudir con urgencia a algún centro de asistencia sanitaria para aplicarse la vacuna contra la rabia. Si se administra dentro de los dos primeros días después de la mordedura, generalmente se previene la enfermedad. Una vez que aparecen los síntomas, son muy pocas las personas que sobreviven.
Mientras se vacuna a la persona, hay que localizar al animal y dejarlo en observación por diez días (lo que pueden tardar en aparecer los síntomas) para su control, más allá de que el animal haya sido previamente vacunado contra la enfermedad.
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