martes, 18 de septiembre de 2012

La medida de la cintura indica el riesgo de sufrir un ataque cerebral

El contorno de la cintura no debería superar los 102 cm en el caso de los hombres y los 88 cm en las mujeres.

Desde hace ya un tiempo se viene investigando la relación entre la obesidad y la enfermedad de las arterias coronarias. Ahora, un nuevo estudio publicado en diciembre en la revista “Stroke” revela que el exceso de peso implica, además, un peligro mayor de sufrir un ataque cerebral.
Calcular el riesgo es muy sencillo: solo hace falta medir la cintura. Los investigadores evaluaron las medidas de más de 1.100 personas y descubrieron que cuanto mayor era la circunferencia abdominal, más se acrecentaba el riesgo de ictus.

“Si el contorno de la cintura es mayor a 102 cm en los hombres y de 88 cm en las mujeres, la probabilidad de sufrir un ataque cerebral se multiplica por cuatro”, explica en base al estudio el Dr. Domingo Turri, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Austral.
“En la Argentina, el 42% de las mujeres y el 40% de los hombres se sitúan por encima de estos valores”, señala el especialista, que considera a la obesidad como uno de los principales desafíos de la medicina del futuro. “Si no se hace hincapié en su prevención y tratamiento, vamos muy mal”, advierte el Dr. Turri, que dirige talleres grupales para tratar la enfermedad en el Hospital Austral.

Menciona el caso de los Estados Unidos, donde entre 1970 y 2005 los casos de obesidad de quintuplicaron: “Hoy al menos el 17,4% de los jóvenes es obeso mientras que en los ´70 la proporción se situaba cerca del 5%”.

Obesidad abdominal

La distribución de la grasa en el cuerpo es clave para comprender el problema. “La que se acumula en el abdomen es particularmente peligrosa para la salud cardiovascular –especifica el Dr. Domingo Turri–. Esto se debe al vínculo que existe entre la grasa intraabdominal y una enfermedad conocida como sindrome metabólico”.

El cardiólogo explica que este tipo de grasa está constituido por células que desencadenan el mal, caracterizado por la elevación de la presión arterial, la disminución del colesterol protector, el aumento de los triglicéridos y alteraciones en el metabolismo de la glucosa.

“Este sindrome en las personas obesas suele pasar inadvertido durante muchos años y, con el tiempo, deteriora el sistema cardiovascular y genera diabetes. Ahora sabemos que también eleva el riesgo de ataque cerebral”, culmina el Dr. Turri, en referencia a los resultados de la nueva investigación.

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